Celebración del Holi en Santander

Muchos estaréis familiarizados con el Holi, la gran fiesta de La India en la que se lanzan polvos de colores. En India supone el inicio de la primavera y representa la celebración del amor y los colores.

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El 21 de Marzo en la Campa de la Magdalena de Santander, van a emular la parte más festiva de esta tradición hindú. Toda la información sobre el acontecimiento y la venta de entradas la encontrarás pinchando AQUÍ.

El restaurante indio de Bilbao

¡Por fin podemos decir que hay un restaurante indio digno en Bilbao! En ESTA entrada que publicamos anteriormente ya os hablamos sobre el que, hasta el momento, considerábamos el mejor restaurante indio en el País Vasco, que estaba en Vitoria. En Bilbao no habíamos conseguido encontrar ninguno a la altura. Sin embargo, hará poco más de dos meses, ha abierto en el número 61 de la calle Autonomía, casi llegando a Sabino Arana, el K-2, un restaurante indio-pakistaní regentado por Naved, un amabilísimo hostelero de Pakistán que sirve sus delicias acompañadas de una sonrisa y de amable conversación.

Su carta, recientemente ampliada cuenta con los clásicos snacks indios como las samosas y las pakoras y los currys tanto de carnes como de verduras. También tienen una selección de arroces biryanis, rotis y postres. Los precios oscilan entre los seis y los ocho euros y cuentan con servicio a domicilio. Y forma parte de la red de «Just Eat», así que puedes consultar el menú y los datos del restaurante pinchando AQUÍ

¡Que te aproveche!

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El bebé

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Acabo de terminar de ver el documental «Babies», llevaba bastante tiempo con él en la cabeza, pero a sabiendas de que no hay ningún tipo de diálogo me daba bastante pereza ponerme a ello. Al final hoy ha sido el día y debo decir que no se me ha hecho pesado en absoluto. Trata sobre un poquito más del primer año de vida (hasta que empiezan a andar) de cuatro bebés y cada bebé pertenece a un país diferente: Mongolia, Japón, Estados Unidos y Namibia. Y obviamente, la gracia del documental aparte de las monerías de los niños es ver los contrastes culturales de los diferentes entornos de crianza.

Como te imaginarás, es un tema bastante candente en mi mente ahora mismo, con un bebé que pertenece a dos mundos. La verdad es que de momento estamos fusionando bastante bien los dos estilos de crianza, en la mayoría de las situaciones porque seguimos las instrucciones del pediatra, que es la voz de la autoridad, en otras nos guiamos por lo que nos ha resultado más cómodo como pareja y en otras hemos preguntado aquí y allí y lo hemos probado todo. Por ejemplo, en temas de alimentación hacemos caso a lo que nos dice la médico de aquí, aunque seguramente en India nos darían otras directrices. Aquí la legumbre es de lo último que se incorpora a la dieta de los bebés y sin embargo, Charli me comenta que en India tienen un tipo de lenteja muy suave para el estómago con la que se cocina una especie de caldo que es lo primero que comen los niños en India.

Algo parecido nos pasó con el baño. En India esperan muchísimo a bañar a los bebés por primera vez, al menos en Khajuraho. Estoy hablando de que igual no les bañan hasta el tercer mes, no me acuerdo de cuántos meses eran exactamente. Aquí la pediatra nos comentó que podíamos bañarle en días alternos y sin usar jabón, nosotros esperamos a que se le cayera el resto de cordón umbilical y empezamos a bañarle.

Una situación en la que hemos optado por escoger lo que nos ha convenido más ya no como pareja, que también, sino como seres humanos que necesitan descansar, ha sido la de poner al bebé en cuna. En India se practica muchísimo el colecho con los bebés, aquí si has leído a Carlos González también, pero para quien no está al día de las «lecturas recomendadas para padres primerizos» es un indicativo de que estás malacostumbrando al bebé. El caso es que nosotros con el bebé en la cama no descansábamos en absoluto y luego nos empezamos a emparanoiar con el síndrome de la muerte súbita, una cosa y otra y al final ha acabado en una cuna en nuestra habitación. Aunque he de reconocer que últimamente el tramo final de sueño lo está haciendo en nuestra cama.

Y con lo que lo hemos probado todo ha sido con los gases, afortunadamente no los sufrimos durante mucho tiempo, pero mientras estás en ello cualquier sugerencia es válida.

Así que de momento aquí nos vamos apañando. Nos gustaría ir a India cuando Arjun tenga siete meses, veremos el contraste, porque al final aquí yo estoy en mi cultura y el pediatra cumple con mis expectativas, pero en el pueblo con todo el «mujerío» espero no tener que pelear mucho, que tengo el instinto de leona a flor de piel. Lo bueno es que también me darán ideas, aprenderé cosas nuevas y mejoraré técnicas como el masaje a bebés. Aquí lo practico, pero tengo ganas de que me vea y me corrija mi suegra que lo lleva en la sangre.

En relación a los contrastes culturales de la maternidad, leí el otro día un artículo sobre una estadounidense viviendo con su familia en La India. De las «12 cosas sorprendentes» que enumera, muchas ya las conocía, pero una que me sorprendió y me preocupó a partes iguales, fue el darme cuenta de que tienes que intentar que tu hijo no se trague el agua en la que le estás bañando, asunto que me parece bastante complicado según la edad de la que estemos hablando.

Pero bueno, al final son detalles que hay que tener en cuenta, pero que son pequeños en comparación a lo que supone la riqueza de pertenecer a dos culturas. Arjun no podrá beber el agua en la que se baña en India, pero aparte de poder estar con su familia, que es lo más importante, se va a impregnar de un despliegue de estímulos para todos los sentidos.

Dónde comprar en Khajuraho (publicitando amigos)

Ayer estuve echando un vistazo a los vídeos de Youtube sobre Khajuraho y de repente, en uno de ellos apareció un amigo nuestro:

Anand heredó de su padre una tiendecita que regenta en la carretera principal del mercado de Khajuraho. Es una de las primeras personas a las que conocimos en el pueblo, de hecho, siempre le toma el pelo a Charli diciéndole que él me conoció antes. Solíamos ir a comprarle las botellas de agua, el papel higiénico, las chocolatinas, el jabón de ducha… pero también vende inciensos, joyería, tés, especias e incluso preservativos. Lo que viene siendo un bazar indio, vaya. Fue una persona que nos transmitió confianza desde el primer momento, afable y tranquilo siempre tiene un ratito para la charla. Disfruta  hablando con los turistas para así mejorar su inglés, entre otras cosas porque sus colegas (doy fe de ello) le vacilan por su dominio de la lengua británica. Un tiempo después descubrí que Anand es uno de los mejores amigos de Charli y hemos pasado horas y horas en su tienda.

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Anand en su tienda

Otro de nuestros puntos de reunión es la tienda de Amit y Sanjay:

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El negocio de Amit y Sanjay

¡Ups! No sé yo si juega a su favor esta fotografía … El problema que tienen los escaparates en India es que hace tantísimo sol y hay tanto polvo que cualquier cosa que coloquen acaba descolorida, así que terminan exponiendo cuatro cosas que permanecen perennes, incoloras y sucias.
Pero no te dejes engañar por esta tarjeta de presentación, porque en el interior puedes encontrar una gran variedad de camisas, kurtas bordados a mano, faldas y una cuidada selección de telas para hacerte ropa a medida. La tela de mi vestido de novia salió de aquí.

Ubicada en el Gole Market, junto a la carretera principal del mercado, están especializados en ropa blanca y gran parte de sus ingresos provienen de la venta a la población musulmana local, lo que te da cierta garantía de calidad (generalmente la ropa orientada al turista suele ser de menor calidad y está peor confeccionada),

Amit pertenece a la casta de los brahmanes y su abuelo (que bendice la tienda desde una fotografía sobre la puerta) era un hombre tan santo que la gente compraba su pis para realizar rituales.

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Amit

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Sanjay

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El bendito abuelo de Amit con su señora esposa

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Detalle de un kurta de la tienda de Amit y Sanjay

Amit y Sanjay forman un buen tándem y como su tienda, tienen una fachada que a veces dificulta acceder al interior. Conocerles es sinónimo de diversión, cachondeo y de ganarte una invitación a un buen chai, pero tras esa primera impresión se ocultan dos personas serias responsables de mantener sus familias a flote.

Cuando entra el apretón

Has tomado todas las precauciones: no bebes agua de grifo, te enjuagas la boca con agua mineral, tienes cuidado con los zumos «naturales», te aseguras de que la botella de agua está precintada… y a pesar de todo… ¡has caído! En algún punto de tu viaje… ¡te entra la cagalera!
Bueno, lo primero de todo: que no cunda el pánico, los trastornos digestivos son tan comunes entre los visitantes del país que casi, casi podríamos decir que forma parte del paquete turístico.
Imaginamos que consciente de esta posibilidad, ya habrás hecho acopio de artillería corta-diarreas antes de iniciar el viaje, pero si no fuera así, te comentamos los remedios naturales que te suele sugerir la población autóctona. Fundamentalmente son dos: beber soda con zumo de limón y comer kitcheri. El kitcheri es un guiso hindú de legumbres (un tipo determinado de lentejas) con arroz, que según la tradición ayurvédica sirve para purificar el organismo y equilibrar Los Tres Doshas. En cualquier restaurante u hotel te pueden hacer el favor de preparártelo aunque no figure en el menú.
Si prefieres decantarte por las medicinas, es interesante que sepas que en las farmacias indias puedes comprar pastillas por unidades, no tienes que adquirir la caja entera. El único problema de esto es que siempre está la duda sobre la fecha de caducidad del medicamento. Yo he recurrido un par de veces a las «drogas» para el dolor de regla y la verdad es que tengo buena experiencia.
Y en lo que a descomposiciones se refiere, en mi primer viaje tuve bastante suerte y en cuatro meses tuve una pequeña diarrea durante los primeros días que combatí con arroz blanco (afortunadamente en India nunca falta). Otros episodios breves que he padecido posteriormente los achaco a un atracón de mangos y a un lassi con hielo de dudosa procedencia. La historia del lassi fue un error de principiante que cometí en mi última visita a Khajuraho, así que ya sabes: ¡nunca bajes la guardia!
¡Ah! Un último apunte, quizá encuentres en algunos lugares turísticos, sobre todo en templos, una especie de cajas de metal que dispensan agua a través de unos pequeños grifos. Estas máquinas son filtros de agua, así que en principio, debería ser apta para el consumo. Nosotros empezamos a tomar vasitos para ver cómo reaccionaba nuestro cuerpo en el Templo Dorado de Amristar y no tuvimos ningún problema. No obstante, si tu viaje va a ser breve, yo no me la jugaría tomando otra agua que no sea la embotellada.

Soda water

Soda water

Pakoras

Las pakoras son un «snack» típico en India. Es una opción por lo general no picante y apta para el viajero cansado de «experiencias fuertes»

Se trata de verduras rebozadas con harina de garbanzos. A veces fríen las verduritas individualmente, por ejemplo, sólo coliflor ó sólo berenjena, y a veces son varios vegetales ligados con la harina. Fuera de La India, siempre que hemos pedido pakoras en un restaurante nos han servido esta segunda modalidad. Generalmente se presentan acompañadas de algún «chutney» para untar.

Pakoras variadas

Pakoras variadas

La harina de garbanzos se mezcla con agua y esto a su vez es lo que utiliza para rebozar las verduras.

Pakora de varias verduritas

Pakora de varias verduritas

En Bilbao normalmente compramos la harina de garbanzos en Kresala ó en Granel

Las banderas de la oración

Estupa en Katmandú, Nepla.

Estupa en Katmandú, Nepal.

Utilizadas principalmente en Tíbet y Nepal, parece que su origen se remonta a una etapa previa a la influencia del budismo en los Himalayas. Sin embargo, existe una leyenda tibetana, según la cual (y explicada de forma basiquísima), los dioses (devas), en su batalla contra los demonios (asuras), portearon unos estandartes con las enseñanzas de Buda inscritas sobre ellos. Posteriormente, basándose en esta historia, un monje tibetano adoptó y extendió la costumbre de colgar estas banderitas como un símbolo del respeto por la vida y de la identificación con el concepto de la «no violencia» (ahimsa)

Existen dos formas de colgar las banderitas. A la que estamos más habituados, es aquella en la que las telas se colocan de forma horizontal unidas por una cuerda:

Banderas de la oración en el camino de Manali a Leh

Banderas de la oración en el camino de Manali a Leh

Pero también se pueden colocar individualmente en un mástil:

Banderas de la plegaria en Ladakh, por la celebración del cumpleaños del Dalai Lama.

Banderas de la plegaria en Ladakh, por la celebración del cumpleaños del Dalai Lama.

Siempre son de cinco colores concretos y ordenados de izquierda a derecha de una forma específica e invariable: azul, blanco, rojo, verde y amarillo. Y cada uno de los colores se identifica con uno de los elementos que conforman el universo: espacio, agua, fuego, aire y tierra respectivamente.

La idea es ubicarlas en algún lugar donde puedan ser ondeadas por el viento, de esta forma, se activarán las bendiciones y el sol y el viento las desgastarán, recordándonos que todo en este mundo es temporal.

Bollywood «inspirado» en Hollywood

La gran industria del cine indio recurre con relativa frecuencia a Hollywood para encontrar inspiración, así lo refleja ESTA lista de películas indias basadas en blockbusters americanos.
A mi me despertó especial curiosidad «Ghajini»,el gran éxito protagonizado por Aamir Khan basado en la estadounidense «Memento». ¿Cómo es posible introducir números musicales en una película como Memento?
Pues los hay.
Y consiguen que no chirríen tanto como pudiera pensarse.